Muerte de Indalecio Romero de la Cruz

La noche del 21 de febrero de 1947, en la puerta de su casa, el industrial Indalecio Romero de la Cruz fue asesinado por el grupo de los hermanos Quero.

La guerrilla antifranquista, a diferencia del resto de resistencias europeas, no contaba con una financiación externa, por lo que los secuestros de figuras relevantes adeptas a la dictadura se convirtió en uno de los métodos más habituales para obtener recursos. En este sentido, la personalidad de Indalecio Romero de la Cruz encajaba perfectamente con el estereotipo. Dueño de la fábrica de cementos Centauro, era un industrial acaudalado que durante el periodo de la Segunda República ya había mostrado su talante conservador en el ayuntamiento de Granada, donde había sido concejal, y que con posterioridad mostró su apoyo y conformidad con la dictadura. A la altura de 1944 ya habían logrado expropiarle 10.000 pesetas en un atraco que no tuvo mayores consecuencias, pero el resultado del segundo encuentro fue muy diferente.

En 1947 el grupo de los hermanos Quero estaba al borde de la desaparición. Todos sus integrantes, salvo Antonio Quero Robles, habían muerto en combate o se habían suicidado tras ser cercados por la policía. En una situación desesperada, Antonio Quero planeó el secuestro de Indalecio Romero de la Cruz con el propósito de conseguir una importante suma de dinero que le permitiera reorganizar de nuevo el grupo. Aquella noche del 21 de febrero de 1947 Antonio Quero Robles, Carmen Guardia “La Remamᔠy José Ramón Montoya (miembro del grupo de “El Yatero” que en ocasiones colaboraba con los Quero), se escondieron en los alrededores del carmen donde vivía, situada en el Carril de San Cecilio, a la espera de su regreso. Sobre las nueve de la noche apareció el auto en el que viajaban Indalecio y su mujer. Antonio y José Ramón lo abordaron y dentro del coche, dieron instrucciones al chófer para que continuara el camino hacia Churriana, donde pensaban esconderle hasta recibir el rescate. Sin embargo, nada salió como habían planeado. La mujer de Indalecio Romero de la Cruz, asustada, comenzó a gritar, y José Ramón Montoya, nervioso porque pudieran descubrirlos, en el forcejeo con Indalecio, disparó. Durante unos segundos se hizo un silencio y las miradas de Antonio Quero y José Antonio se cruzaron. Ante el frustrado secuestro, los tres huyeron en la oscuridad de la noche, refugiándose en el pueblo de Churriana. El grupo de los hermanos Quero se había caracterizado por no matar a nadie salvo en enfrentamientos armados. Aquel fue un error que, según los testimonios, ellos mismos reconocieron. Antonio Quero, esa misma noche, recriminó a José Antonio su grave error.

Al día siguiente, como se puede observar en el recorte del diario Ideal, el entierro de Indalecio Romero de la Cruz se convirtió en una movilización de grandes dimensiones en Granada.

Fuentes y bibliografía

Ideal, 22 de febrero de 1947.

Mundo Gáfrico, jumio 1935

Consejo de Guerra 290/465 (Archivo del Tribunal Togado Militar de Almería)

Nicolás MANZANARES ARTÉS: Consecuencias de la tragedia española, 1936-1939, y los hermanos Quero, Murcia, Edición del Autor, 1978.

Jorge MARCO: Hijos de una guerra. Los hermanos Quero y la resistencia antifranquista, Granada, Comares, 2010

comments powered by Disqus