Un refugio guerrillero tras una frutería

Lograr un refugio anónimo y seguro fue una de las obsesiones de la guerrilla antifranquista. El grupo de los hermanos Quero llegó a idear refugios en el centro de Granada de gran inventiva, como este camuflado tras una frutería

A comienzos de 1946 el grupo guerrillero de los hermanos Quero estaba acorralado en Granada. Todos sus viejos refugios estaban quemados y pasaban la mayor parte del tiempo escondidos en algunos pueblos de la periferia, particularmente en Churriana. Por ese motivo, en el mes de enero decidieron alquilar un local en la calle Santa Teresa, debajo de la Catedral, para acondicionarlo como una frutería. María Dolores Puga, mujer de un exiliado, se encargó del puesto de frutas que servía de tapadera, mientras que en el almacén trasero Antonio Quero levantó unas habitaciones ocultas tras una falsa pared. Allí se escondieron durante dos meses los hermanos Antonio y Paco Quero Robles, Antonio Morales “El Palomica” y Carmen “La Remamá”. Sin embargo, el miedo a ser descubiertos hizo que cambiaran de nuevo de refugio en el mes de marzo.

El papel de los enlaces, de la población civil que apoyaba a la guerrilla antifranquista, resultó vital en su lucha. Sin el apoyo desinteresado de miles de personas la resistencia armada antifranquista nunca hubiera podido mantener un combate que se prolongó durante catorce años. Se calcula, aunque las cifras son una estimación, que unos 60.000 enlaces de la guerrilla antifranquista fueron detenidos en toda España entre 1939 y 1952. María Dolores Puga fue una de ellas. En el año 1944 fue detenida por la Guardia Civil y condenada en consejo de guerra a 6 años de cárcel por auxilio a los guerrilleros. 

Fuentes y bibliografía

Consejo de Guerra 290/465 (Archivo del Tribunal Togado Militar de Almería)

Jorge MARCO: Hijos de una guerra. Los hermanos Quero y la resistencia antifranquista, Granada, Comares, 2010.

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