Casino Cultural

En este lugar (C/ Acera del Darro, 18 y 19) se reunían y relacionaban las clases sociales más acomodadas de Granada. En 1932, ante el golpe de Sanjujo, muchos granadinos se lanzaron a defender a la República. El "Casino" fue pasto de las llamas

 

El 10 de agosto de 1932 la República hizo frente al primer intento directo de derribarla: el golpe de estado del general Sanjurjo en Sevilla. Apoyado por los partidarios de la monarquía, los latifundistas, las clases más acomodadas y unas derechas cada vez más organizadas, el general quería liquidar un régimen republicano al que se asociaban las reformas educativas, laicizadoras, laborales, militares, nacionales y agrarias del primer bienio progresista (1931-1933).

En Granada la "Sanjurjada" fracasó, tanto en su trama militar como civil. El movimiento obrero de la capital y de la provincia evitó su triunfo. Como en otras ciudades, las clases populares salieron a las calles a defender el régimen de 1931. Y todo, con el regusto de las ciudades de provincia: la noche del 10 de agosto, los manifestantes se agolparon en las calles céntricas y se dirigieron a aquellos lugares y espacios que identificaban con los supuestos conspiradores. Mientras que las autoridades republicanas tomaron medidas para frenar la sublevación, una multitud asaltó el Centro Tradicionalista y otra trató de quemar el periódico Ideal. Pero sobre las 2.30 de la madrugada, un grupo de manifestantes se dirigió al Casino Cultural, donde tradicionalmente se reunía gran parte de la élite acomodada granadina. Tras penetrar en el edificio, con las sillas y mesas que encontraron, hicieron una "imponente hoguera" haciendo arder el mobiliario. Sonaron disparos en el interior y en la calle. Las llamas alcanzaron la planta baja y el primer piso del edificio, y sólo entonces la multitud permitió la intervención de los bomberos, que controlaron el fuego. Mientras tanto, los altercados prosiguieron en las calles céntricas: asaltos a armerías, sonidos de disparos en la plaza del Campillo y de Mariana Pineda, y tiroteos contra la casa del conde de Guadiana, presidente del partido monárquico Renovación Española y considerado responsable de la sublevación, situada en la Acera del Darro. En esa refriega quedaron mortalmente heridos dos militantes de la CNT. En aquella madrugada, en una Granada convulsionada, con el resplandor de las llamas del Casino Cultural, el golpe de estado de Sanjurjo había fracasado. En los días que siguieron, se desató una ira popular contra algunos edificios religiosos de la ciudad. Tras el fracaso, las derechas emprenderían la vía posibilista de la política, reorganizándose y tratando de llegar al gobierno; por su parte, el gobierno republicano-socialista del primer bienio desarrollaría gran parte de las reformas que todavía guardaba en su agenda política.

 

Fuentes y bibliografía

 

Ideal

El Defensor de Granada, 10-12 de agosto de 1932.

José Antonio ALARCÓN CABALLERO: El movimiento obrero en Granada en la II República, 1931-1936, Granada, Diputación, 1990.

Juan Manuel BARRIOS ROZÚA: Iconoclastia, 1930-1936. La ciudad de Dios frente a la modernidad, Granada, Universidad, 2008.

Pablo BUENO PORCEL: Granada en el siglo XX (1931-1939): República, guerra civil, Granada, 2006.

Mario LÓPEZ MARTINEZ y Rafael GIL BRACERO: Caciques contra socialistas. Poder y conflictos en los ayuntamientos de la República. Granada, 1931-1936, Granada, Diputación, 1997.

Manuel TITOS MARTÍNEZ (Coord.): Historia de Granada, Ideal, Granada, 2002-2003.

Cristina VIÑES MILLET: “Los sucesos de agosto de 1932 en Granada. Fuerzas locales y tensiones políticas”, Hispania, 156, (1984), pp. 107-136.

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