Biblioteca Popular del Salón

La biblioteca fue el símbolo de una de las reformas más importantes de la II República: garantizar una "educación para todos" pública, gratuita, laica y moderna, que contribuyese a formar a unos ciudadanos libres

 

La educación fue una de las reformas principales de la II República. Para los republicanos, embebidos del espíritu de la Ilustración y de la Institución Libre de Enseñanza, la educación era un objetivo prioritario en la formación ciudadana y en la regeneración de España. Por eso, soñaron siempre con una "escuela para todos", a la que todos tuvieran acceso independientemente de su condición social, laica y separada de las influencias de la Iglesia. El espíritu de la reforma era moderno y emancipador. Un importante decreto del 12 de junio de 1931 afirmaba: "La República aspira a transformar fundamentalmente la realidad española hasta lograr que España sea una auténtica democracia. Y España no será auténtica democracia mientras la inmensa mayoría de sus hijos, por falta de escuelas, se vean condenados a perpetua ignorancia".

Si en Granada hubo un símbolo de aquella política educativa, ese fue la Biblioteca Popular del Paseo del Salón. El 18 de enero de 1933, el socialista Fernando de los Ríos, por entonces Ministro de Instrucción Pública, visitó Granada. Ese día participó en multitud de actos, reflejo de la reforma educativa republicana: acudió a Cartuja, donde la Universidad pretendía extender algunas de sus dependencias; visitó Eras de Cristo, donde se estaba levantando un grupo escolar; después marchó a la Plaza de la Universidad, en cuya sede compartió un almuerzo con algunos profesores del claustro universitario. Ya por la tarde, se dirigió al edificio de la Escuela Normal del Magisterio Primario, en el Triunfo; después, visitó la Escuela de Estudios Árabes en la Casa del Chapiz. Finalmente, acudió a la Biblioteca Popular.

La biblioteca había sido inaugurada poco tiempo antes. El edificio, obra del arquitecto Ángel Casas, había pertenecido antes al Casino Principal, siendo lugar de esparcimiento de las élites que lo frecuentaban. Después pasó a pertenecer al Ayuntamiento de la ciudad, en pago de deudas al erario municipal. Con la República, fue convertido en biblioteca. Un espacio de encuentro y ocio de las clases más acomodadas granadinas se había convertido en un símbolo de la cultura y la educación al alcance de todos. Concebida como un servicio público del Estado a sus ciudadanos, se convirtió en un instrumento y en un fin de la conquista republicana y democrática. Según El Defensor de Granada, ese 18 de enero de 1933, al entrar Fernando de los Ríos "en el salón de lectura los lectores –bastante numerosos- aplaudieron, puestos en pie, al ilustre visitante". Tras firmar el libro de visitas y conversar con algunos lectores, el ministro prometió enviar "algunos volúmenes de su pertenencia" a los fondos de la ahora Biblioteca Popular.

 

Fuentes y bibliografía

 

Ideal

El Defensor de Granada, 18 de enero de 1933.

Pablo BUENO PORCEL: Granada en el siglo XX (1931-1939): República, guerra civil, Granada, 2006.

César GIRÓN: Miscelánea de Granada: historia, personajes, monumentos y sucesos singulares de Granada, Granada, Comares, 2009.

Ana MARTÍNEZ RUS: "La República de los libros", Hispania Nova, 11 (2013).

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