Nuestra Lucha

El primer número de "Nuestra Lucha" apareció en septiembre de 1968 en las calles de Granada. Esta publicación clandestina fue la primera de CCOO en ver la luz en Andalucía y surgió por la necesidad de contar con un aparato de propaganda propio.

El interés que el aparato represivo del franquismo puso durante toda su existencia en cortocircuitar el aparato de propaganda que se distribuía clandestinamente por las diferentes organizaciones sociales y políticas antifranquistas, nos da una idea del papel que en una dictadura como la franquista jugaba la información, la propaganda clandestina, y dentro de ella, la prensa. A pesar de su modestia y de lo rudimentario de los métodos empelados para su edición, la propaganda y la prensa clandestinas servían como vehículo de contacto entre los militantes o entre éstos y los trabajadores. Además, era un instrumento de información (contra-información) y formación, así como una herramienta para tratar de extender y coordinar la lucha en los centros de trabajo con otros núcleos de oposición.

En Granada, la iniciativa de la creación de esta publicación clandestina nació de la mano de Paco Portillo, destacado dirigente de las CCOO granadinas. Éste propuso a Bernabé López, estudiante comunista de Filosofía y Letras, la confección de una revista para las CCOO, aprovechando la vieja multicopista que el Sindicato Democrático de Estudiantes (SDEUG) tenía en la facultad de la calle Puentezuelas. Así nacería Nuestra Lucha, en septiembre de 1968, como instrumento de información de las CCOO de Granada.

Se trata de la primera revista clandestina publicada por CCOO en Andalucía. Participaron activamente en ella numerosos estudiantes y encontró cierta continuidad en el tiempo, publicándose hasta 1973. Su distribución corría a cargo de militantes de las CCOO de Granada o del propio PCE, quienes la vendían clandestinamente al precido de una 1 peseta o pidiendo simplemente "la voluntad".

A pocos meses de iniciarse el año 1970, se habilitó un bajo en la Calle Arzobispo Guerrero en el barrio de La Chana que fue insonorizado con corcho y al que agregaron poco a poco lo imprescindible para editar la propaganda, excepto la multicopista. El 21 de julio de ese mismo año, el mismo día que se produjeron los graves sucesos de la Huelga de la Construcción, Diego Sánchez Martínez “El Chino” y Juan Barrios se hicieron con la ansiada multicopista que trasladaron al local y con cantidades ingentes de papel. Ya era un aparato de propaganda con casi todos los requisitos: la multicopista, tinta, papel, guillotina, grapadora, clichés y una máquina de escribir. Hasta contaban con un pequeño aparato de radio o picú que aportó Emilio García no sólo para escuchar música mientras hacía el trabajo, sino para contrarrestar todo lo posible el ruido de la máquina.

La existencia de este lugar solamente era conocida por varios militantes, los que habían llevado la multicopista y quienes, a partir de entonces y hasta comienzos de 1970, se hicieron cargo de la misma: Antonio Ayllón –quien picaba los clichés– y Emilio Gracia Rueda, encargado de su reproducción, mantenimiento y posterior distribución. En aquel lugar se seguió editando Nuestra Lucha, pero también Hojas Informativas y todo tipo de octavillas. Tras la "caída" masiva de militantes de CCOO y del PCE durante el Estado de Excepción decretado por el gobierno franquista entre 1970 y 1971 el aparato de propaganda quedó abandonado. Probablemente fuera escondido en un pajar de una finca de Maracena, de donde fue recogido –según Paco Acosta– poco tiempo después cuando el Comité Regional del PCE le encargó que fuera a retirarlo.

 

Fuentes y bibliografía

Alfonso MARTÍNEZ FORONDA: La lucha del movimiento obrero en Granada. Por las libertades y la Democracia. Pepe Cid y Paco Portillo: dos líderes, dos puentes, Granada, Fundación de Estudios Sindicales, Archivo Histórico de CCOO-A, 2012.

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