Huelga de la construcción de 1970

La huelga de la construcción de 1970, más popularmente conocida como "la huelga del 70", es uno de los hechos recientes más recordados por la clase trabajadora granadina. En ella fueron asesinados tres obreros.

Quizá el acontecimiento más tristemente famoso relacionado con el movimiento obrero granadino fue la huelga de la construcción de 1970. Su origen se encuentra en las reivindicaciones que el sector de la construcción realizó para el anteproyecto del convenio colectivo que debía debatir la Comisión Deliberadora provincial de la construcción. En ella estaban representados los principales dirigentes de las CCOO, Pepe Cid de la Rosa, Pedro Girón, Juan Verdejo y Luis Afán de Rivera entre otros, así como algunos miembros del apostolado obrero de Granada como Antonio Quitián, José Godoy, Antonio Ganivet o Francisco Javier Prieto.

La negativa de la patronal a aceptar las mejoras propuestas por los trabajadores (reducción de los abanicos salariales, ocho horas de trabajo, 300 pesetas diarias para el peón, eliminación de horas extras y destajos, reducción de la eventualidad y despidos); terminó con la adhesión de los aproximadamente cuatro mil albañiles concentrados en asamblea a la propuesta de huelga. 

La dirección de la misma recayó en las CCOO y algunos militantes de la HOAC, se inició el 21 de julio y fue la primera que se hacía en Granada desde la Guerra Civil.  Rápidamente se extendió a todos los tajos de los barrios periféricos de Granada –Zaidín, Cartuja o la Virgencica–, así como en los pueblos de alrededor.

Como es bien sabido, concluyó de manera trágica. La carga policial provocó la muerte de tres obreros frente al entonces edificio del sindicato vertical: el marmolista Cristóbal Ibáñez Encinas y los peones de albañil Manuel Sánchez Mesa, y Antonio Huertas Remigio.

La prensa del movimiento lanzó un ataque inmediato contra el clero granadino, acusándolo de haber provocado la huelga. El 28 de julio, el arzobispo de Granada, Benavent Escuin, publicó una carta pastoral en la que condenaba la brutalidad de la policía y defendía a los sacerdotes obreros que habían sido atacados por los diarios franquistas. Tras el encierro en la Catedral, el conflicto duró hasta el 29 de julio. Unos días más tarde, se firmó el convenio colectivo con algunas concesiones de la patronal (el salario del peón se fijó en 175 pesetas, el del oficial de primera en 195 pesetas y se consiguió una jornada laboral de 48 horas semanales), consituyento uno de los mejores convenios colectivos de España, superando a los establecidos en Madrid o en Sevilla.

 

Fuentes y bibliografía

Alfonso MARTÍNEZ FORONDA: De la clandestinidad a la legalidad. Breve historia de las CCOO de Granada, Granada, Fundación de Estudios Sindicales, Archivo Histórico de CCOO-A, 2007.

Alfonso MARTÍNEZ FORONDA: La lucha del movimiento obrero en Granada. Por las libertades y la Democracia. Pepe Cid y Paco Portillo: dos líderes, dos puentes, Granada, Fundación de Estudios Sindicales, Archivo Histórico de CCOO-A, 2012.

Rafael MORALES RUIZ: "La significación histórica de la huelga de la construcción en Granada (21-29 de julio de 1970)", en Santiago DELGADO FERNÁNDEZ y Antonio José VÉLEZ TORO (coords.): Futuro del Sindicalismo, Diputación de Granada, Granada, 1996, pp. 15-44, pp. 26-33.

Enrique TUDELA: Nuestro pan. La huelga de 1970, Granada, Comares, 2010.

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