Mapa de la Memoria
Histórica de Granada

La Guerra Civil no tardó en generar entre la población española miseria y hambre que, en un momentos tan delicados, podían llevar a la proliferación de actitudes derrotistas y de baja moral. El bando rebelde no tardó en percatarse de la necesidad de llevar alimentos a la población para mantener el espíritu de la retaguardia. De este modo, a imitación del Winterhilfe alemán, las autoridades sublevadas decidieron crear “Auxilio de Invierno”, posteriormente reconvertido en Auxilio Social. Por tanto, no tardaron en crearse a lo largo del territorio controlado por el bando rebelde cocinas de hermandad y comedores para cumplir la máxima del general Franco de “ni un hogar sin lumbre, ni un Español sin pan”.

Con la presencia del arzobispo de Granada, el alcalde, el jefe de FET de las JONS y otras autoridades de la ciudad, el 30 de marzo de 1937 se inauguró en Granada el primer comedor de Auxilio Social. Fueron el entonces jefe provincial de Falange, Joaquín Azancot, y el arzobispo granadino, Agustín Parrado, los encargados de pronunciar unas palabras ante autoridades y niños, elogiando la labor de las mujeres encargadas de Auxilio de Invierno y de la Sección Femenina. Una generosa comida a los niños, servidas por señoritas ataviadas con delantales blancos y cuadros azules, ponía el broche a tan importante acto

 Los colores blanco y azul daban vida a un local en el que se mezclaban los símbolos de la “Nueva España” con imágenes infantiles de los tres cerditos o Mickey Mouse. En una de las paredes aparecía la inscripción “El pan nuestro de cada día dánoslo hoy”. En sus instalaciones, niños y niñas (diferenciados con baberos azules y rosas) fueron alimentados diariamente, ante la incapacidad de unas familias que, marcadas la mayoría de las veces por el estigma de ser “rojas”, carecían de recursos para hacerlo.

En octubre de 1938, coincidiendo con el segundo aniversario de la fundación de Auxilio Social, fue inaugurado n nuevo comedor en la Carrera del Darro, junto a la Basílica de San Pedro. Pese a que la creación de tales comedores era concebida como una medida transitoria que acabaría con el fin de la guerra, sus actividades hubieron de prolongarse más allá de la “victoria” dadas las trágicas condiciones de vida que afectaron a una parte considerable de la sociedad española durante los años cuarenta. 

Fuentes y bibliografía:

Ideal, 1/4/1937