Casa del Pueblo de la Unión General de Trabajadores

La casa del pueblo (c/ Aire, 6) era el núcleo principal de la Unión General de Trabajadores en Granada. En ella se celebraron mítines, asambleas y reuniones, siendo un símbolo de la fortaleza del sindicalismo y de los obreros en la capital

La Unión General de Trabajadores (UGT) fue el brazo sindical del Partido Socialista Obrero Español (PSOE). Este sindicato fue fundado en 1888 y, a raíz de la implantación de la República y hasta comienzos de 1933, extendió e incrementó sensiblemente sus afiliados en la provincia de Granada. En agosto de 1932 posiblemente tenía entre 50.000 y 55.000 militantes. Su fuerza era más notable en la provincia que en la capital, donde competía con la CNT; su arraigo era especialmente destacado en la comarca de la Vega. La mayoría de sus afiliados fueron trabajadores, arrendatarios y pequeños propietarios agrícolas. El importante crecimiento de sus militantes, así como las consecuencias reales de algunas políticas del primer bienio (ley de laboreo forzoso, ley de términos municipales) causaron no pocas contradicciones en la organización.

En la UGT granadina, los líderes más destacados fueron Juan Carreño Vargas (maestro y diputado a las constituyentes de 1931), Antonio Martín García (jornalero y concejal de Fuentevaqueros) o Nicolás Jiménez Medina (albañil y popular alcalde de Íllora). Durante el primer bienio (1931-1933) los ugetistas no renunciarán a sus reivindicaciones, si bien aceptarán la táctica reformista del PSOE. A partir de la llegada de las derechas al poder en 1933, serán partidarios de la alianza con otros obreros, optando más por la lucha revolucionaria. A raíz de entonces, esta corriente sindical ganará peso dentro del Partido Socialista.

Desde su fundación en 1917, la Casa del Pueblo de Granada se encontraba en la calle del Aire número 6. Durante la época de la Restauración (1917-1923), en ella convivieron tanto socialistas como anarquistas. Las casas del pueblo fueron centros de acción y cultura obrera, verdaderas “escuelas de democracia”, donde los militantes se congregaban, celebraban asambleas, talleres, tertulias o compartían momentos de ocio. Su importancia fue tan grande que, durante la época derechista de la República, las autoridades locales cerraron las casas del pueblo en numerosas ocasiones, comprendiendo que de este modo silenciaban a los socialistas. En la de Granada se celebraron no pocos congresos y comités. Por ejemplo, en el Salón de Actos, el 3 de febrero de 1934 tuvo lugar el congreso provincial de las Juventudes Socialistas. Entonces, el socialista Alejandro Otero se dirigió a los jóvenes militantes en una intervención significativa para los tiempos tempestuosos que se aproximaban: "Hay que luchar hermanadamente, corazón con corazón, porque si no es imposible aplastar a un enemigo tan fuerte, tan avieso y con tanto poder. Con una lealtad ilimitada, como un solo hombre hay que prestarse a la lucha. La hora es de grandes sacrificios: privaciones, sangre, vida y nada más".

 

Fuentes y bibliografía

 

Ideal

El Defensor de Granada

José Antonio ALARCÓN CABALLERO: El movimiento obrero en Granada en la II República (1931-1936), Granada, Diputación, 1990.

Antonio María CALERO AMOR: Historia del movimiento obrero en Granada (1909-1923), Madrid, Tecnos, 1973.

Mario LÓPEZ MARTÍNEZ: Orden público y luchas agrarias en Andalucía: Granada, 1931-1936, Córdoba, Ayuntamiento, 1995.

Manuel TITOS MARTÍNEZ: "Manuel Rodríguez-Acosta y Fernando de los Ríos: el cruce de dos vidas políticas", Actas del  III Congreso de Historia de Andalucía, Tomo III, Córdoba, Cajasur, 2003.

Manuel TITOS MARTÍNEZ (Coord.), Historia de Granada, Ideal, Granada, 2002-2003.

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