El Frente de Liberación Homosexual de Granada

Una de las primeras organizaciones de este tipo en todo el país, organizada a partir de estudiantes de la Facultad de Filosofía y Letras y orientada a la lucha contra la legislación de cuño franquista que perseguía la homosexualidad

Tras la muerte del dictador, la efervescencia política y la lenta liberación social llevó a que un grupo de estudiantes crease el Frente Homosexual de Acción Revolucionaria granadino entre 1976 y 1977, a la imagen del Frente Homosexual de Acción Revolucionaria francés que había comenzado su andadura en 1971. Esta sería una de las primeras organizaciones de este tipo en todo el país junto con sus homónimas en Madrid o Valencia. Para ello fue clave la movilización de un grupo de estudiantes homosexuales de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Granada que con anterioridad habían militado en el PCE. Estos poseían una concepción más radical del marxismo y planteamientos anarquistas que diferían de la línea ideológica central del partido. Además, sentían que el énfasis en el obrerismo dejaba la cuestión de la liberación sexual en segundo plano, algo en lo que coincidían con las militantes comunistas feministas. Tras la legalización del PCE, serían empujados a abandonarlo por sus posicionamientos y acciones políticas que serían consideradas perniciosas para el futuro electoral del partido.

Entre sus fundadores se encontraban Juan Planta, Miguel Benlloch o Julio Espadafor. También estuvo apoyado por mujeres que, junto a otros militantes, vivían en una casa comunal en la Cuesta de las Arremangadas, en el barrio del Albaicín, autodenominándose “las chicas de las arremangadas”. Este sería el principal espacio que serviría de punto de reunión al grupo. Como reconocían sus propios miembros, en aquel momento no disponían de un corpus teórico lo suficientemente amplio sobre la homosexualidad. Por aquel entonces sus principales reivindicaciones se dirigieron contra la Ley de Peligrosidad y Rehabilitación Social de 5 de agosto de 1970, que había reactualizado las leyes de Vagos y Maleantes de 1933 y 1954, estigamtizando y persiguiendo la homosexualidad. Para combatirla se pegaron carteles rosas por toda la ciudad en 1976 y se repartieron diversos panfletos de manera clandestina en las plazas. Otro elemento que emplearon para lograr una mayor visibilidad fueron las performances en las que, por lo general, se vestían con atuendos femeninos. Probablemente, la protesta más llamativa de todas se llevó a cabo en la Torre de la Vela de la Alhambra, donde se pusieron sendos carteles que rezaban “¡Abajo la ley de peligrosidad social!” y “¡Legalización a todos los partidos políticos!”. Este acto propiciaría el conflicto con el PCE que acabaría con su salida, aun cuando estas reivindicaciones no eran contrarias a los objetivos de la formación en aquel periodo.

Al año de iniciar su andadura, el desencanto político sumado a la pérdida de algunos miembros del grupo supuso el final del Frente. Muchos tuvieron que volver a sus hogares tras concluir sus estudios o alistarse de forma obligatoria para realizar el servicio militar. No obstante, se trataba de la primera experiencia colectiva de muchas otras en las que se verían involucrados sus miembros en los años siguientes para defender los derechos de la disidencia sexual desde la ciudad y la provincia de Granada.


 

Fuentes y bibliografía:

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Juan-Ramón BARBANCHO y Pablo MORTERERO: Lo personal es político. Historia del activismo homosexual en Andalucía, Cádiz, Diputación de Cádiz, 2019.

Geoffroy HUARD: Los antisociales. Historia de la homosexualidad en Barcelona y París, 1945-1975, Madrid, Marcial Pons, 2014.

Diego MENDOZA ALBALAT: Mirando al sur. Una historia (incompleta) de los activismos de la disidencia sexual y de género en Andalucía, Tesis doctoral, Universidad de Granada, 2021, pp. 184-192.

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