Exposición de arte destruido por los "marxistas"

En 1938 se inauguró en pleno centro de Granada (C/ Oficios s/n) una exposición de arte destruido por la "furia marxista" con el fin de mostrar a los granadinos el anticlericalismo y la maldad de sus enemigos.

En una fecha tan significativa como el 2 de enero de 1938, “Día de la Toma”, se inauguró junto a la catedral granadina una exposición de “restos de imágenes, retablos y mobiliario litúrgico destruido por los rojos” en la provincia. Allí estaban todas las autoridades de la provincia –entre ellos el cardenal Parrado y el delegado de Bellas Artes, Tomás García Diego–. La exposición era el colofón a un estudio detallado realizado por los integrantes del Servicio Artístico de Vanguardia –Bermúdez Pareja, Emilio Orozco Díaz, Francisco Prieto Moreno, Manuel Torres Molina o Antonio Gallego Burín–. Según la prensa del momento, el objetivo de la exposición era doble. De una parte, demostrar que al contrario que en la zona republicana “en nuestra zona se considera indispensable que […] haya alguien que antes de que se avienten las cenizas de las iglesias […] y extravíen las joyas de los palacios […] alguien las recoja y las catalogue en vista de una futura reconstrucción de nuestro tesoro artístico. Y de otro lado, demostrar la riqueza artística y patrimonial de la provincia. Pero sobre todo, la misión principal no era otra que recordar la “vileza característica de los marxistas” que ahora quedaba expuesta en la “euritmia de los colores destrozados, mutilados, ennegrecidos por el humo, corroídos por las llamas, martirizados por el hierro”, debiendo servir de “lección provechosa”  a quienes contemplaran las “figuras supliciadas por el fuego marxista”

Entre las obras expuestas destacaría el llamado “Cristo del pecho abierto” por haber recibido un hachazo “de los marxistas que buscaban dañarle el corazón”. El carácter ejemplarizante quedaba claramente señalado por la noticia de Ideal:

"Dicen los críticos que se trata de una buena escultura. Pero eso no importa. El artista ignorado que le dio forma no hizo nada comparable a ese hachazo que rompió su pecho, [….] abriendo de paso un venero rico de nuevas emociones religiosas. Nosotros restauramos la imagen pero nunca su torso destrozado, que así había de quedar para siempre expuesto al culto con una nueva advocación terrible y evocativa: el Cristo del Pecho Abierto"

 

Fuentes y bibliografía:

 Ideal, 4-1-1938, 19-1-1938.

Patria, 4-1-1938.

Claudio HERNÁNDEZ BURGOS: Granada azul. La construcción de la “Cultura de la Victoria” en el primer franquismo, 1936-1951. Granada, Comares, 2011, Capítulo 4

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