La dura vida de los enlaces de la guerrilla

Ser enlace de la guerrilla antifranquista fue cualquier cosa menos sencilla. Siempre bajo el acoso de las fuerzas de la dictadura, ser descubierto podía suponer la muerte o la prisión. Pero la guerrilla antifranquista también temía a los delatores

El 8 de agosto de 1944 un joven matrimonio procedente de Jerez del Marquesado alquiló un piso en la calle Horno de Haza número 22, cerca del Hospital de San Juan de Dios. Pero aquella no era una pareja que simplemente estaba buscando un mejor futuro en la capital. Un par de meses antes habían auxiliado al grupo de los hermanos Quero después de un intento de atraco en el pueblo de Lugros. Paco Quero quedó malherido en un ojo y gracias a su ayuda pudo sobrevivir.

Los hermanos Quero solían refugiarse en Granada en los barrios del Albaycín, Sacromonte y el Barranco de El Abogado, pero a la altura de 1944 los confidentes se encontraban por todas partes. Por ese motivo ofrecieron a Manuel Lupión y su mujer, Antonia Sánchez Villalba, que alquilaran una casa en el centro de la capital, convirtiéndose en una tapadera. El refugio, sin embargo, logró mantenerse a salvo tan sólo durante un mes. Los hermanos Quero sospechaban que Manuel o un primo suyo podían haber dado un soplo, aunque tampoco estaban seguros. Por ese motivo Pepe Quero les entregó 100 pesetas y, a punta de pistola, les dijo que se marcharan de la ciudad y que nunca más regresaran.

Pepe Quero no estaba seguro de su inocencia pero había perdido toda la confianza en ellos. Las confidencias y los chivatazos estaban acabando con el grupo, que ya había sufrido varias bajas bajas a causa de denuncias. No podía hacer otra cosa que exigirles que se marcharan de la ciudad; representaban un peligro para el grupo. Así de compleja y dura era la vida clandestina. No solo para las guerrilleros, sino también para los que les ayudaban, conocidos como enlaces, que muchas veces vivían en la cuerda floja.

Manuel y Antonia huyeron llenos de pánico esa misma noche y tomaron un tren en la Estación de los Andaluces. Después de varias jornadas de viaje, finalmente llegaron a Tarragona, donde vivían algunos vecinos de su pueblo. Meses después la policía, que había iniciado una investigación, terminó por descubrilos. Detenidos e interrogados, les trasladaron de nuevo a Granada, donde fueron juzgados por colaboración con la guerrilla antifranquista. El tribunal militar condenó al joven matrimonio a diez años de cárcel. 

Fuentes y bibliografía

Consejo de Guerra 1519/44 (Archivo del Tribunal Togado Militar de Almería)

Jorge MARCO: Hijos de una guerra. Los hermanos Quero y la resistencia antifranquista, Granada, Comares, 2010.

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