Plaza de Mariana Pineda

El 14 de abril de 1931 el pueblo granadino demostró su júbilo por la proclamación de la República en esta simbólica plaza. La soberanía residía por fin en ellos y los días de tiranía y corrupción habían quedado enterrados.

 

El día en que se proclamó la República, Granada era una fiesta. Muchas personas se lanzaron a las calles y, en un ambiente festivo, enarbolaron banderas republicanas, participaron en manifestaciones y concentraciones acompañadas por música y discursos. La democracia llegaba y, con ella, todos los ciudadanos podían participar en política. Prueba de ello fue lo sucedido el 14 de abril en la Plaza Mariana Pineda.

La plaza había sido un lugar de encuentro y celebración de libertades desde por lo menos mediados del siglo XIX. La "heroína de Granada" era un símbolo de la lucha contra el absolutismo y por la defensa de la libertad. Pero aquel día, mientras que los nuevos concejales estaban reunidos en el Ayuntamiento, muchos granadinos se dirigieron desde la plaza del Carmen a la de Mariana Pineda. Tomaron la calle Navas, acompañados por la música, los vítores y banderas republicanas. Al llegar a la plaza, un grupo de granadinos se introdujo en el jardín que rodeaba la estatua y, escalando a ella, rodearon a la heroína con una bandera tricolor. La plaza estaba invadida por el público. Algunas mujeres, ahora también protagonistas de la escena pública, dirigiéndose a la estatua, gritaron: "¡Venganza!" y "¡Libertad!". Un obrero proveniente de la Casa del Pueblo incluso pronunció un discurso. La multitud dio también vivas a los capitanes Fermín Galán y Ángel García Hernández, los dos primeros mártires de la República, ejecutados por su implicación en la sublevación de Jaca de diciembre de 1930. Mientras, se enarbolaban banderas rojas y tricolores al tiempo que se entonaba "La Marsellesa". La guardia civil también se presentó en la plaza minutos después y, pese a la tensión, el orden se mantuvo, aunque sí hubo un herido. Un ferroviario escaló a la estatua de Mariana Pineda y, desde allí, pronunció un discurso a la multitud para que, según El Defensor, "guardasen el orden y procurando, incluso sufriendo privaciones, ahorrar dinero y energías para el mantenimiento de la naciente República".

El júbilo de gran parte de los granadinos era imparable. La alegría se mezclaba con la crítica política. En las calles se entonaron canciones contra Alfonso XIII y en pro de la República: "¿Dónde vas, Alfonso XIII / dónde vas tú por aquí? / Voy en busca de Inglaterra / porque me echan de aquí".

Por la tarde-noche la fiesta no cesaría. Muchos granadinos desfilaron a partir de las 20.00 horas por las calles de la ciudad, acompañados de banderas y la banda municipal: calle Reyes Católicos-Embovedado-Plaza Mariana Pineda-Carrera-Paseo del Salón. En los nuevos tiempos, el pueblo ocupaba el espacio público de la ciudad, reflejando que la soberanía residía, por fin, en ellos.

 

Fuentes y bibliografía

 

El Defensor de Granada, 15 de abril de 1931.

La Publicidad, 15 de abril de 1931.

Jorge MARCO: “La multitud invadió las calles. Experiencia, repertorios y marcos simbólicos de protesta (1931-1936)”, en Encarna NICOLÁS y Carmen GONZÁLEZ, (Eds.), Ayeres en discusión, Murcia, Universidad, 2008.

Miguel GÓMEZ OLIVER y Ana JEREZ HERNÁNDEZ: “Mariana de Pineda en el imaginario republicano”, en Aurelia MARTÍN CASARES y Manuel MARTÍN GARCÍA, (Eds.), Mariana Pineda: nuevas claves interpretativas, Granada, Comares, 2008.

Mario LÓPEZ MARTÍNEZ y Rafael GIL BRACERO, Caciques contra socialistas. Poder y conflictos en los ayuntamientos de la República. Granada, 1931-1936, Granada, Diputación, 1997.

Manuel TITOS MARTÍNEZ (Coord.): Historia de Granada, Granada, Ideal, 2002-2003.

 

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